Still Our Land

miércoles, 1 de mayo de 2013

REFLEXIONES


A día de hoy, por desgracia, aquí en España se me hace evidente que no tenemos la más mínima posibilidad de cambiar nada, pero no sólo esto, sino que afirmo sin miedo de escandalizar a nadie, que si por un capricho de esos de la vida o si  por medio de algún misterioso poder  se lograse el gobierno, lo mejor sería exiliarse, pues  el caos, la inquisición y la inepcia total caería sobre este país.
En realidad, nos encontramos con un problema de palabras, es decir de semántico grave, un problema de lenguaje o “valor de las palabras”.
Si en España, por ejemplo, dentro de la próxima campaña electoral, me preguntaran si soy o no socialista, ¿Qué debería de contestar?. Si contesto que SI, es evidente que me considerarán del PSOE, a no ser que previamente estableciera una larga charla sobre el valor de la palabra “socialista”, cosa que no es posible en una campaña electoral y menos para la mentalidad elemental del electorado de este país.
Dicho de otra forma: el valor objetivo de las palabras es el que vale en política, no el valor subjetivo, personal, que cada cual dé a ellas,
 A nivel político de nada sirve el concepto de “Socialismo” sino el que la gente vota y acepta. Los conceptos subjetivos no son validos en política.
Así pues es preciso cambiar esa “verdad objetiva” del nacionalsocialismo y hacer comprender que el NS es algo serio y posible, adecuado a nuestro pueblo, aplicable sin necesidad de matar a varios millones de personas. Y dar ejemplo con NacionalSocialistas obreros, normales, gentes de calidad, abogados o dirigentes de empresas, torneros y publicistas, agricultores,  ganaderos, jóvenes estudiantes preocupados por abrirse camino, en vez de presentar sólo inadaptados cargados de quijotesca estupidez.
 Y como revolucionarios que pretendemos ser debemos buscar una solución , no debemos quedarnos parados mientras la palabra NS siga asumida como tontería. ¿Cuáles son las salidas?

1-Quedarse en el mundo de lo subjectivo y luchar para que la verdad objetiva y pública se acerque a ese subjetivismo, a ese NS moderno y realista que queremos crear. Luchar para que un lejano día la imagen de los “nazis” no sea tan nefasta, tan repleta de fallos y de carencias. 
Hay vientos de cambio, hay gente que comprende las cosas, que comprenden la necesidad de otra forma de hacer y pensar las cosas, son una esperanza para el futuro del NS, pero, digámoslo claramente, son una minoría.
Pero cuidado: esta posición no deja de ser una trampa. En el fondo expresa una renuncia al cambio social, un abandono del objetivo primario, o sea, la modificación de la sociedad, para recluirse en el circulo “nazi” , aunque sea con la sana intención de cambiarlo, Eso sin contar con que es muy fácil caer en la secta y el círculo cerrado, dado que no existe una realidad con la que contactar y contrastar las propias ideas y vivencias.
2– Intentar modificar las condiciones reales del pueblo prescindiendo totalmente de este submundo de pacotilla en el que muchos  viven. “Pasar” de lo facha y lanzarse a combatir por el pueblo mediante una alternativa nueva, sin lastres del pasado, sino que represente las ideas y soluciones hoy en día necesarias, nada más que eso.
Una de las condiciones para ello es destinar la lucha y la propaganda a gente NUEVA, a personas absolutamente NUEVAS, que NO vengan del “submundo” facha”. Ir a la gente de la calle y combatir para su organización contra el sistema.
Ir a gentes nuevas, pero en modo alguno para “hacerlos nazis”, o sea, para meterlos en ese mundo de germanófilos del 33, sino para apoyar una lucha por nuevos valores. Es la última esperanza de llegar a intentar siquiera cambiar las cosas. Pueden parecer duras mis palabras sobre el submundo “nazi-facha” pero no lo son, incluso diría que son moderadas en los calificativos.




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