Still Our Land

viernes, 19 de abril de 2013

EL MALDITO DEL CÍRCULO POLAR


Knut Hamsun, nacido Knut Pedersen (Lom, Noruega, 4 de agosto de 1859 – Grimstad, 19 de febrero de 1952), es uno de los escritores noruegos más afamados. Su obra, que le valió el premio Nobel de Literatura en 1920, es considerada una de las más influyentes en la novela del siglo XX.
En 1888 escribió la novela que le abriría las puertas de la fama, Sult (Hambre), narración con rasgos autobiográficos que trata la historia de hambre, pobreza y camino a la locura de un periodista acosado por los importantes desajustes físicos y psicológicos. En varios aspectos, esta novela presagia los escritos de Franz Kafka y de otros novelistas del siglo XX que exploraron la locura de la condición humana contemporánea. Desde su publicación ha sido una de las novelas más influyentes de su siglo.
Su admiración por la vida bucólica y su rechazo a la gran ciudad lo llevarían a pasar grandes etapas de su vida en una cómoda cabaña del bosque, donde apenas si dejaba entrar a su mujer cuando estaba escribiendo. Este entorno inspiró algunas de sus grandes novelas, como Pan, o La bendición de la tierra, que le pusieron en las manos el Nobel de Literatura en 1920. Pero nada saciaría su ansia por escribir, deseo que expresaba constantemente. «Espero que esta novela sea la última» era una frase que su familia escuchó muchas veces. Pero nunca consiguió librarse de esa necesidad por expresarse.
A pesar de su inmensa popularidad mundial, su reputación cayó considerablemente debido a su apoyo al régimen nazi de Vidkun Quisling durante la II Guerra Mundial. En 1943, en un mitin de Joseph Goebbels, le ofreció la medalla del premio Nobel como regalo. Se reunió con Hitler y trató que éste depusiera a Josef Terboven como Reichskommissar de Noruega.

Knut Hamsun, que era ya un viejo escritor galardonado con el Premio Nobel cuando estalló la segunda guerra mundial y, tomó partido por la causa nacional socialista. Su proceder tuvo un gran impacto negativo en el conocimiento que sobre él se tenía, por lo que finalizada la guerra, el mundo dio la espalda al hombre, pero también, en gran medida, a su obra.
Fue favorable a la creación de una gran confederación de pueblos germanos, y estuvo de acuerdo con la defensa de Europa por parte de Hitler a través de cientos de artículos, favorables no solo al III Reich, sino también a su líder Adolf Hitler. Así hablaba del Führer tras su muerte: «Era un guerrero, un guerrero para la humanidad y un predicador del evangelio sobre el derecho de todas las naciones; un reformista del más alto rango y su destino histórico fue precisamente actuar en un tiempo de brutalidad, que finalmente le hizo caer

No hay comentarios:

Publicar un comentario