Si bien las ideas pueden ser claras y consecuentes, no hay nada menos inteligente en política que proponer ideas que no pueden realizarse.
Una Federación europea de pueblos es una idea posible, pero no de cualquier forma. Es evidente, guste o no guste, que las "naciones" actuales existen y que no van a dejar sus privilegios de golpe, o sin forcejeos.
El camino hacia la Europa de los pueblos pasa por un camino de concesiones progresivas, de aceptación por parte de los "nacionalistas" de los estados hacia las posiciones de los "nacionalistas de los pueblos".
Hoy en día en España las posiciones federativas están aún muy inmaduras, por ello todo paso intermedio hacia una mejor comprensión de los pueblos debe ser considerado como positivo.
A los que nos debemos negar es a llevar a nuestros pueblos europeos a enfrentamientos violentos internos para lograr una federación que solo se puede lograr mediante la amistad y comprensión entre los pueblos.
Por ello consideramos negativa toda posición terrorista( muy utilizado por el marxismo), o de "separatismos" basado en el odio entre pueblos. Tanto como condenamos la Europa de los estados y las patrias impuestas por éstos.
La política que concierne a los pueblos debe besarse en una integración europea progresiva que se centre más y más en las culturas, frente a los intentos "europeistas" actuales, que se centran en los estados y en las economías estatales.
Por tanto, frente a ese europeismo economista y "estadista", hay que presentar un europeismo cultural y popular como paso fundamental para comprender una Federación de Pueblos Europeos.
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