Ama a tu nación. Es una comunidad de hombres unidos por lazos culturales y raciales que luchan por unos objetivos comunes a los tuyos.
No te dejes influenciar por fronteras artificiales. La Nación la delimita la Cultura, la Tradición y la Raza, no unas pintadas sobre un mapa o meros accidentes geográficos.
Encuentra en tu bandera el símbolo de la comunidad a la que perteneces un símbolo nacida de ésta que reúne todas las virtudes de los hombres que se subordinan a ella.
Es básico que te sientas comunitario, unido al destino de tu pueblo. Hoy en día se fomenta que la gente solo piense en si misma y en su familia como máximo. No hay un sentimiento de un destino común debido al materialismo del dinero.
Lo verdaderamente malo y negativo del nacionalismo es que se enfrente a otros nacionalismos. O sea, hay que apreciar a tu nación y a las demás respetarlas, admirarlas y comprenderlas. El chauvinismo es una actitud enemiga y lamentable.
Si una persona se siente más vasco que español no es algo que importe demasiado. Lo importante es que no odie a lo español o a lo vasco, sino que se sienta unido a cada pueblo en una parte, que admire a ambos. Se puede ser antes de nada vasco y no por ello ignorar los lazos de destino y cultura con España. Lo malo y cancerígeno del separatismo y del centralismo es que fomenta el odio y el enfrentamiento.
No odies ni desprecies jamás a otros pueblos, ni te empecines en que sean del tuyo. No hay fronteras sino pueblos. Cada uno con su respeto y su amor a todos los demás.
Abandona todo nacionalismo exclusivista y reaccionario, toda manía a los demás, toda esa mentalidad de enfrentamiento del nacionalismo decimonico.
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