Viraje en el Reino Unido
En el Reino Unido, el espectacular éxito del populista UKIP con su programa anti-Unióneuropea y anti-inmigración propició el descalabro en las elecciones locales del partido conservador, en el Gobierno. El primer ministro David Cameron ha tardado poco en acusar el golpe y el viraje a la derecha comienza a ser un hecho. El acceso de los inmigrantes a los beneficios sociales -atención sanitaria, vivienda y subsidio de paro- se va a endurecer y el referéndum sobre la pertenencia a la UE empieza a cobrar fuerza dentro del propio Gobierno.
Si en Francia y Reino Unido los partidos tratan de dar una imagen moderada, en Grecia y Europa del Este las formaciones ultras ofrecen un claro perfil más radical. En las elecciones de junio de 2012 los griegos revalidaron su entrada en el Parlamento obteniendo 18 diputados y el 6,9% de los votos. Los medios de comunicación helenos han denunciado la connivencia entre Amanecer Dorado y la Policía en las redadas y torturas de inmigrantes, mientras el Gobierno del conservador Samaras ha hecho casi imposible la naturalización de inmigrantes.
Contra turcos y gitanos
En Bulgaria, la formación Ataka consiguió el pasado domingo el 7% de los votos, con lo que entrará en el Parlamento y puede tener la llave para la formación de Gobierno. Aparte de su mensaje antiUnióneuropea, los búlgaros consideran a turcos y gitanos como unos privilegiados sociales y próximos a la delincuencia. Las agresiones han sido constantes en medio de la permisividad de las autoridades. A la xenofobia y el racismo, los húngaros de Jobbik han añadido una fuerte carga de antisemitismo. El noviembre, el diputado Márton Gyöngyösi pidió en el Parlamento que se hicieran “listas de judíos” porque “el sionismo tiene bajo su yugo a nuestro país”. En Hungría hay elecciones en 2014 y Fidesz, la formación conservadora del primer ministro Víktor Orban, ya ha comenzado a compartir el discurso nacionalista y europeo de Jobbik.
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